Mundial de 1950 – BRASIL
– Finalizada la Segunda Guerra Mundial, el Consejo de FIFA se reunió el 25 de julio de 1946 en Luxemburgo para informar que solo existía un país dispuesto a organizar la próxima Copa del Mundo: Brasil. Esta decisión fue confirmada por los 34 países afiliados que también comunicaron que la Copa del Mundo de 1954 sería organizada por Suiza, y a la vez se confirmaba el retorno de los países británicos que se habían desligado de la FIFA en 1928. También se dispuso la expulsión de dos miembros, Alemania y Japón, mientras que con Italia se tuvo contemplaciones por lo hecho por el Presidente de la Confederación Italiana, Ottorino Barassi, que fue vicepresidente de FIFA y que durante la Segunda Guerra Mundial retiró en secreto el trofeo de la Copa del Mundo de un Banco de Roma y lo escondió en su casa para salvarlo de los alemanes.
– Una de las primeras decisiones del Comité Organizador fue que todos los jugadores tendrían númeración en la espalda de sus camisetas, comenzando con el 1 para el arquero hasta el 11. Esto era nuevo en los Mundiales, ya que en Inglaterra, el Arsenal lo usó por primera vez en 1928 y en Brasil se hacía desde 1940.
– El carioca Flavio Costa era el técnico de Brasil desde 1944. En la preparación se enfrentaron ante Uruguay por la Copa Barón de Rio Branco, donde se disputaron 3 partidos, con dos victorias para Brasil y una de los celestes. Por Brasil jugaron: Barbosa, Santos, Juvenal, Eli, Danilo, Bigode, Friaca, Zizinho, Baltazar, Ademir y Chico. De los 11, 8 estarían presentes en el histórico partido final en Maracaná dos meses más tarde. Por Uruguay jugaron: Máspoli, Tejera, M. González, Rodríguez, Obdulio Varela, Gambetta, Ghiggia, Pérez, Míguez, Schiaffino y Villamide. Solo Villamide no estuvo presente en Maracaná.
– En 1946, Brasil había deslumbrado a FIFA con la propuesta de construir en Río de Janeiro un espectacular estadio que sería el mejor del mundo. Bautizado como Estadio Municipal de Rio de Janeiro, luego sería popularmente conocido como Maracaná. Cerca de 4.500 operarios trabajaron durante 22 meses para darle forma eliptica al estadio, cuya capacidad prevista era de 155 mil espectadores, en una época donde el mayor estadio era el Hampden Park de Glasgow, propiedad del Queen’s Park Rangers con 149 mil espectadores. Los 240 reflectores para juegos nocturnos estaban dispuestos en línea y como novedad había un foso de tres metros de ancho que circundaba el campo, para impedir la invasión de parciales.
– La inauguración oficial del Maracaná fue el 24 de junio de 1950 con el encuentro de Brasil ante México, que finalizó 4 a 0 con dos goles de Ademir, Jair y Baltazar, que fue presenciado por 82 mil espectadores. La inauguración extraoficial había sido el sábado 17 de junio, siete días antes del inicio de la Copa, con un partido entre las selecciones de Río y San Pablo, donde los paulistas vencieron por 3 a 1. Pero quien convirtió el primer gol fue Didí, un medio de Fluminense que tenía 20 años y futuro bicampeón mundial en 1958 y 1962. Otro bicampeón que jugó fue Djalma Santos del Portuguesa, que defendía al combinado paulista.
– 32 países se inscribieron para jugar el Mundial, pero finalmente solo 13 confirmaron su participación, ya que el mundo vivía una etapa de reconstrucción luego de la guerra.
– El arquero mexicano Antonio Carbajal iniciaba con 21 años su largo periplo por los Mundiales que lo llevarían a jugar en cinco ediciones hasta 1966. Carbajal disputó 11 partidos en los Mundiales y recibió 26 goles, con apenas una victoria ante Checoslovaquia en 1962.
– La primera gran sorpresa del Mundial se produjo ante la presencia de 12 mil espectadores en el Estadio Independencia de Belo Horizonte, cuando los Estados Unidos le ganaron a la poderosa selección de Inglaterra por 1 a 0. El autor del gol fue el americano-haitiano Joseph Eduard Gaetjens, nacido en Puerto Príncipe. Luego de la Copa jugó brevemente para el Racing de París, pero después retornó a Haití donde jugó un partido eliminatorio ante México para el Mundial de 1954.
– El partido de Inglaterra contra España marcó la única presencia en la Copa de la mayor estrella del fútbol británico: Stanley Matthews. Era considerado como el mejor extremo derecho de Europa y pese a contar con 35 años, también disputó el Mundial de 1954 y actuó profesionalmente hasta los 51 años.
– El oportunista Ary Barroso, consagrado compositor de Aquarela de Brasil y presitigioso relator de fútbol, aprovechó la goleada de Brasil ante Suecia por 7 a 1 para componer un tema, O Brasil ha de ganhar, la primera música hecha para exaltar a una selección en una Copa del Mundo. El mismo Ary Barroso relató por radio la final del campeonato, y al producirse el segundo gol uruguayo comentó… “lo sabía, yo ya lo sabía…” Después de esta final no relató nunca más.
– En el Mundial de 1950 hubo fase de grupos. Brasil ganó el suyo con dos victorias, ante Yugoslavia 2 a 0 y ante México 4 a 0, y un empate 2 a 2 ante Suiza. Los otros tres clasificados a la ronda final serían Uruguay, Suecia y España.
– La ronda final se disputó en régimen de todos contra todos, por puntos. El 9 de julio, en Pacaembú, Uruguay debutó empatando con España 2 a 2, con un golazo de su capitán Obdulio Varela al arquero Ramallets; por su parte, Brasil, en Maracaná, goleaba sin piedad a Suecia por 7 a 1.
– Brasil, con su uniforme totalmente blanco, continuaba a paso de campeón y en su segundo compromiso también goleaba a España por 6 a 1, mientras que los celestes se imponían a Suecia por 3 a 2 con un gol de Míguez sobre el final del encuentro.
– Llegaba la etapa decisiva y en el primer encuentro Suecia daba la nota, al imponerse a España por 3 a 1 e ingresaba al podio. Todas las miradas estaban depositadas en el último encuentro de la ronda final: Brasil, que llegaba con 4 puntos, y Uruguay, con 3 unidades. Es importante mencionar que si bien el favorito en lo previo era Brasil, la Selección Uruguaya era una de las más laureadas del planeta con un Campeonato del Mundo (1930), ocho Copas América (1916, 17, 20, 23, 24, 26, 35 y 42) y dos Oros Olímpicos (1924 y 28).
– El inglés George Reader tenía 53 años y fue el encargado de arbitrar el partido final del Mundial en Maracaná, con Ellis (Inglaterra) y Mitchell (Escocia) sobre las líneas. Era famoso por interpretar las reglas al pie de la letra y por ello no extrañó que finalizara el partido a los 45 minutos exactos del segundo tiempo, cuando Brasil ejecutaba un tiro de esquina. Hasta ahora sigue siendo el de mayor edad en haber arbitrado una final del mundo. De profesión fue maestro de escuela y había jugado al fútbol durante varios años como aficionado, con poco éxito. Reader había arbitrado dos partidos antes del 16 de julio de 1950: el primer partido ( en el que Brasil venció 4 a 0 a México ) y la goleada de Uruguay (8 a 0) contra Bolivia.
– El día antes de la final, los diarios brasileños anticipaban la victoria en sus portadas: “Brasil Campeón del Mundo”. En horas del mediodía del 16 de julio, el estadio estaba prácticamente lleno, ya que las puertas de Maracaná había sido abiertas a las 8 de la mañana y se cree ingresaron casi 200 mil personas (199 854), de las cuales un poco más de 250 eran uruguayos llegados en el barco italiano Conte Grande desde el Puerto de Montevideo. Fue el único encuentro en el cual se ejecutaron los dos himnos nacionales y los jugadores alineados entonaron las estrofas con mucha emoción. El clima ganador tuvo su mayor momento de éxtasis cuando el Prefecto de Río, Angelo Mendes de Moraes, habló por los parlantes del estadio antes del juego con menosprecio para los uruguayos, al decir: “Brasileños… que en pocas horas serán aclamados por millones de compatriotas… los saludo como vencedores”.
– Mientras caminaban por el túnel para salir al campo de juego, en donde se escuchaba el clamor de miles de gargantas, el capitán celeste Obdulio Varela agrupó a sus compañeros y les dijo: “¡Cumplidos solo si ganamos! Y no nos importa cuánta gente hay en el estadio… ¡los de afuera son de palo!”
– Desde el comienzo, Brasil buscó el arco contrario, pero Uruguay hizo un gran trabajo en defensa y el primer tiempo finalizó con empate 0 a 0, hecho que puso muy nerviosa a la muchedumbre que colmaba Maracaná. Sin embargo, a los dos minutos del complemento, Albino Friaça con fuerte remate marcó el 1 a 0 para Brasil, que significaba el título. Uruguay se creció ante la adversidad, apareciendo la garra charrúa, y en un nuevo mano a mano ante Bigode, Alcides Edgardo Ghiggia se escapó por la punta derecha, envió un preciso centro que remató de media vuelta Juan Alberto Schiaffino para decretar el empate. El público mostró su asombro y se dio cuenta que el partido se complicaba y los jugadores brasileños en el campo de juego sintieron el impacto. Trece minutos después del empate, Ghiggia, se escapó nuevamente de su marcador Bigode, quien intuyó que enviaría un nuevo centro, pero Ghiggia, desde una posición muy sesgada, decidió rematar y la pelota pasó muy ajustada entre el poste y la mano de Barbosa. Transcurrían 34 minutos del segundo tiempo y el silencio se apoderó de Maracaná, el favorito de todos estaba perdiendo y no tenía respuesta anímica ni futbolística. Al cumplirse el tiempo oficial, a las 16:45 horas pitó el final Mr. Reader y se consumó lo que en todo el mundo se conoce como “el Maracanazo” y Uruguay consiguió su segundo Campeonato Mundial.
– Carlos Solé, Duilio De Feo y Cheto Pellicciari fueron los periodistas encargados de trasmitir por radio a todo el Uruguay una de las mayores hazañas del fútbol mundial.
– O Mundo en su edición del día tituló: “Campeones del Mundo los uruguayos. Falló Barbosa y el sistema defensivo. Bigode fue impotente ante Ghiggia, mientras que el gran goleador Ademir fue anulado por el zaguero Matías González. Merecido y justo triunfo uruguayo”.
– El equipo campeón formó con: Máspoli; González, Tejera; Rodriguez Andrade, Varela y Gambetta; Ghiggia, Pérez, Míguez, Schiaffino y Morán, dirigidos por Juan López.
– El artillero del torneo fue el brasileño Ademir con 9 goles; sin embargo, no pudo convertir en la final ante Uruguay. Ghiggia fue el único jugador en marcar en los cuatro partidos que disputó. En total, se convirtieron 88 goles en 22 partidos, una media de 4 goles por encuentro, la cuarta mejor marca en la historia de los Mundiales. Brasil tuvo el mejor ataque con 22 goles en seis partidos y la mejor defensa con solo 6 goles recibidos. Se sancionaron 3 penales, todos fueron convertidos y ningún jugador fue expulsado en el torneo.
– El presidente de FIFA, Jules Rimet, olvidándose de todo el protocolo entregó la Copa en medio de los festejos celestes en el propio césped, ya que faltando varios minutos con el empate 1 a 1 fue para los vestuarios para ingresar por el túnel al terreno de juego. Cuando estaba a punto de salir le extrañó que la muchedumbre estuviera en silencio. Fue allí cuando se dio cuenta que el vencedor había sido Uruguay; buscó al capitán celeste Obsulio Varela, le entregó la estatuilla de oro, le dio la mano y se retiró sin siquiera darle la felcitación para el resto del equipo. Años más tarde expresó: “Era una fiesta y todo estaba previsto… menos la victoria de Uruguay”.
– El entonces Presidente uruguayo Luis Batlle Berres ordenó que dos aviones Douglas DC3 de la aerolínea uruguaya Pluna fueran hasta Río de Janeiro para traer de regreso a los campeones a Montevideo. El recibimiento en el Aeropuerto Internacional de Carrasco fue apoteósico, con un pueblo futbolero que ganó la calle para gritar nuevamente: “Uruguayos Campeones de América y del Mundo… esforzados atletas que acaban de triunfar… los clarines que dieron las dianas en Colombes… más allá de Los Andes volvieron a sonar… “.